Inversión sostenible: ¿Qué es?
La inversión sostenible es una forma de inversión que busca generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, al mismo tiempo que se obtiene un beneficio económico. Esta forma de inversión se conoce también como inversión responsable, ya que el objetivo es utilizar el dinero para mejorar el bienestar de la sociedad y preservar el medio ambiente.
¿Cómo funciona la inversión sostenible?
La inversión sostenible se basa en los Principios para la Inversión Responsable (PIR) establecidos por el grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre el Financiamiento para el Desarrollo Sostenible. Estos principios abarcan tres áreas principales:
- Gobernanza corporativa: los inversores deben examinar cómo se gobierna una empresa para determinar si cumple con los estándares de buenas prácticas.
- Impacto social: los inversores deben considerar los posibles impactos sociales positivos y negativos que una inversión puede tener en la comunidad.
- Impacto ambiental: los inversores deben considerar los impactos ambientales positivos y negativos de una inversión.
Los inversores que siguen los PIR buscan inversiones que cumplan con estos criterios, y esperan obtener un beneficio económico a largo plazo. Esto significa que los inversores deben comprometerse a una inversión sostenible a largo plazo.
Beneficios de la inversión sostenible
Hay varias ventajas de la inversión sostenible. Algunas de estas son:
- Reducción de riesgos: Al considerar el impacto social y ambiental de una inversión, un inversor puede reducir el riesgo de su cartera.
- Rendimiento sostenible: La inversión sostenible puede ayudar a los inversores a obtener un rendimiento sostenible a largo plazo.
- Impacto positivo: Los inversores pueden contribuir a un mundo mejor al elegir inversiones con impacto positivo.
¿Dónde invertir?
- Inversión en energías renovables: apoyar proyectos que utilicen fuentes de energía sostenibles como la solar, eólica y geotérmica.
- Inversiones en productos y servicios verdes: apoyar empresas que ofrecen productos y servicios sostenibles, como materiales reciclados o soluciones de transporte verde.
- Inversiones en agricultura sostenible: apoyar proyectos de agricultura que utilizan prácticas sostenibles y reduzcan el uso de químicos y pesticidas.
- Inversiones en turismo sostenible: apoyar empresas turísticas que adopten prácticas sostenibles y contribuyan a la conservación de los recursos naturales.
- Inversiones en infraestructuras verdes: apoyar proyectos de infraestructuras que utilizan tecnologías y materiales sostenibles.
- Inversiones en tecnologías sostenibles: apoyar empresas que desarrollen tecnologías sostenibles y reduzcan el impacto ambiental.
- Inversiones en compañías con prácticas sostenibles: apoyar empresas que adopten prácticas sostenibles en sus operaciones diarias, como el uso eficiente de los recursos y la reducción de emisiones.
La inversión sostenible es un paso importante hacia un futuro mejor. Los inversores que toman decisiones responsables pueden contribuir a la construcción de una economía sostenible para el futuro.